"Te regalo un cuento sin papel de colores, ni un "espero que te guste".
Un cuento que habla de ti y de mí, que pueda leerse cualquier día del año, a cualquier hora, sea cual sea tu estado de ánimo o tu sabor favorito de helado."
Entonces sus padres le preguntaban: "¿Se puede saber qué te pasa?". Pero ella era pequeña y no sabía cómo explicarlo. Solo estaba enfadada, muy enfadada.